La Santa Faz de Nuestro Señor Jesucristo

(de los mensajes dados en El Palmar de Troya a Clemente
Domínguez y Gómez, luego Papa Gregorio XVII)
12 de diciembre de 1.969
Santo Domingo de Guzmán
Que se extienda a todo el mundo la Adoración de la Santa Faz del Señor.
Haced el Viacrucis contemplando el Divino Rostro de Cristo Jesús, conmemorando la Pasión, Muerte, Resurrección, unido a los dolores de la Bienaventurada Siempre e Inmaculada Virgen María, pidiendo perdón por todos los pecados, todas las ofensas, insultos, sacrilegios, proferidos al Divino Rostro.
Que comulguen todos los primeros jueves de cada mes, durante todos los años, hasta la próxima Venida del Señor, haciendo veinte minutos de reparación, dando gracias a Dios, pidiendo la conversión de Rusia.
Todos los que adoren la Santa Faz y hagan esta Comunión reparadora recibirán la gracia de morir en la santidad.
La salvación del mundo está en hacer lo que se ha dictado en este mensaje.
12 de diciembre de 1.969
Santa Teresita del Niño Jesús y de la Santa Faz
Hijos míos, cuando beséis el Divino Rostro de Jesús diréis: Adorable Faz de Nuestro Señor Jesucristo, vilmente ultrajada por mis pecados, concédeme la fuerza necesaria para defenderte con la vida.
14 de diciembre de 1.969
En este día, Santo Domingo de Guzmán pidió que se entronizara lo antes posible la Santa Faz en el Sagrado Lugar del Lentisco.
15 de diciembre de 1.969
La Santa Faz
En verdad, en verdad os digo, que todos los que habéis adorado mi Divino Rostro con fe, humildad, compasión y hayan meditado mi Pasión, Muerte, considerándose culpables de mi Muerte, os prometo infinitas gracias y no os abandonaré nunca. Os prometo que veréis mi Divino Rostro por toda la Eternidad.
Debéis rezar muchos rosarios de Padrenuestros, adorar mi Faz, hacer el Viacrucis, comulgar todos los primeros jueves de todos los meses, durante todos los años hasta mi próxima llegada a vosotros, que será muy pronto, y tendréis una paz inalterable. Satán quedará totalmente atado por toda la eternidad. No volveréis a sufrir más ni enfermedades, ni nada que os duela, porque el pecado quedará barrido para siempre de las almas.
15 de diciembre de 1.969
La Inmaculada Concepción
Mi Divino Hijo os ha dicho que quien pidiere gracias por mi mediación, las recibirá. Y Yo os digo que quien no adorare la Faz de mi Divino Hijo, Yo no le oiré.
15 de diciembre de 1.969
El Sagrado Corazón de Jesús
Hijo mío: Quien adorare mi Divino Corazón y no adorare mi Divino Rostro, no tendré compasión de él, pues quien adore el corazón adora todo el cuerpo. Quien adorare mi Corazón y mi Faz y despreciare la Eucaristía, Yo no le oiré.
Mi Divino Rostro es la medalla que todos pueden ofrecer para alcanzar las gracias.
17 de diciembre de 1.969
La Santa Faz
En verdad, en verdad os digo, que todos los que adoren mi Divino Rostro, lo contemplarán por toda la eternidad, y quien lo ultrajare, no volverá a verlo.
1 de enero de 1.970
La Santa Faz
Hijos míos: os encamináis a la santidad, porque el que adorare mi Rostro recibirá la gracia de la santidad, y todo lo que pidáis a mi Madre después de adorar mi Rostro, Ella os lo concederá.
1 de enero de 1.970
El Padre Eterno
Hijos míos: Esta adoración del Rostro Divino de mi Hijo, la tenía preparada antes de la creación del hombre, porque ya estaba en mi mente.
Hijos míos: Quien adorare el Divino Rostro de mi Hijo recibirá mi bendición y aplacaré la ira que tengo preparada para el mundo.
Hijos míos: No olvidéis que deseo que adoréis el Divino Rostro de mi Hijo.
2 de enero de 1.970
El Sagrado Corazón de Jesús
Hijo mío: Por las ofensas que recibe mi Divino Rostro, mi Corazón sangra. Todas las personas que adoren mi Divino Rostro recibirán de mi misericordioso Corazón gracias para alcanzar la vida eterna.
4 de enero de 1.970
Santa Teresita del Niño Jesús
Todo el que lleve el sobrenombre de la Santa Faz muere en la santidad, por la gracia de Jesucristo y la mediación de María, vuestra Madre.
22 de enero de 1.970
El Padre Eterno
¿Por qué se obstinan en no poner en este Sagrado Lugar el Santo Rostro de mi Hijo, cuando es mi voluntad?
Hay quien dice que en el Crucificado está todo. ¿Acaso, en el Señor Crucificado no está el Corazón, y sin embargo se estableció la devoción al Sagrado Corazón de Jesús cumpliendo mi voluntad? Del mismo modo quiero que se cumpla la Adoración al Divino Rostro de mi Hijo.
Difícilmente alcanzará el Paraíso celestial quien no estimare la Adoración a la Santa Faz. Os bendigo. Arrodillaos todos.
El motivo de poner el Santo Cristo no es obstáculo para que también se ponga la Santa Faz. Os bendigo nuevamente.
Hijos míos, tened caridad. Invocad a la Virgen, mi amada Hija, para que triunfe la adoración de la Santa Faz. Os bendigo nuevamente, porque os quiero a todos. (El Padre Eterno pidió el cuadro de la Santa Faz, lo tomó en sus manos y lo besó).
2 de febrero de 1.970
(día de la Entronización de la Santa Faz en El Palmar)
A las 6,14 de la tarde, hubo una danza del sol. En él aparecieron la Santa Faz y la Virgen de Coromoto. Encima del sol,
el Padre Eterno, que dijo:
Hijos míos, esta obra es mía. Os bendigo.
2 de febrero de 1970
A las ocho de la tarde, después de hacer el Viacrucis, se colocó la Santa Faz de Nuestro Señor Jesucristo en el lugar del Lentisco, haciéndose inmediatamente después una solemnísima adoración de la Santa Faz.
El Señor
Hijos míos: Os agradezco que hayáis venido a este Sagrado Lugar contemplando mi Pasión, por la que habéis sacado muchas almas del Purgatorio, y se han convertido en el mundo muchos pecadores, y ha habido curaciones en el mundo por vuestros ruegos unidos a mi Pasión. Siempre que vengáis, adorad mi Divino Rostro, en el que se refleja los tormentos que padecí por vuestros pecados para llevaros a la Vida Eterna con mi Padre.
2 de febrero de 1.970
El Padre Eterno
Hijos míos queridos: Todos los honores que hacéis a mi Divino Hijo, a Mí me lo hacéis, y todo lo que ofrecéis por medio de Él, Yo lo acepto, y todo lo que pidiereis en su nombre, Yo lo concedo.
Hijos míos: Contemplad la Santa Faz de mi Divino Hijo, meditad su Pasión. Por vuestra salvación murió en la cruz, y tened compasión de los sufrimientos que pasó siendo justo.
Os digo, hijos míos, que siempre que adoréis el Rostro de mi Unigénito Hijo, Yo me mostraré misericordioso con todos vosotros y mi ira se aplacará.
2 de febrero de 1.970
(en una casa particular)
La Inmaculada Concepción
Estoy muy contenta que se haya colocado el Divino Rostro de mi Hijo. Caerán muchas gracias para aquellos que le adoren.
5 de febrero de 1.970
El Señor
Pronto la humanidad verá mi Rostro Glorioso y quedarán maravillados en mi Segunda Venida.
¡Ay! ¡Ay! Si todo el mundo adorara mi Rostro, ¡cuánto cambiarían las cosas! Mas, se hace lo contrario: despreciarlo.
8 de febrero de 1.970
El Señor
Hijos míos: Cada vez que desagraviáis mi Divino Rostro, mi Corazón se llena de misericordia y convierte a muchos pecadores.
Hijos míos: Procurad tener todos el Divino Rostro en casa. Os prometo que, en donde se hallare, entrará la paz y caerán abundantes gracias en el hogar.
Prometo, en la hora de entregar su alma a Mí, mostrarme lleno de misericordia, ya que mi Padre quiere la devoción a mi Divino Rostro para salvar a la humanidad.
Siempre que tengáis atribulaciones, problemas, estéis en apuros: Adorad mi Divino Rostro y mi Madre rogará por vosotros, ya que Ella, con los que adoran mi Sagrada Faz, se muestra llena de gran amor hacia sus hijos y no les niega su socorro.
Concederé gracias sobreabundantes a todos los que la adoraren y la extendieren por todo el mundo.
20 de febrero de 1.970
La Santísima Virgen
No permitáis que profanen el Divino Rostro de mi Hijo: es el camino para llegar al Padre Celestial.
12 de abril de 1.970
La Santísima Virgen del Carmen
Hijo mío: Me dirijo a vosotros como Madre de Jesús y vuestra, para deciros que meditéis, con el corazón y puestos en mis manos, el saludo que me hacéis en la Salve. Meditad especialmente en la parte que decís: “Muéstranos a Jesús”. A eso vengo, a mostraros a mi Divino Hijo Jesús, y os lo muestro en su Divina Faz desfigurada, maltratada, ensangrentada, escupida, que se hizo Víctima para ofrecerse a vuestro Padre Celestial para purificaros de vuestros pecados y redimiros para la vida eterna.
Os digo que los que aún no comprendéis el lugar que debe ocupar mi Divino Hijo, adoréis su Divina Faz para consolar mi Dolorido Corazón, para que algún día sepáis hacerlo, porque se lo debéis hacer por ser Dios vuestro Redentor.
Hijos míos: cuando no comprendáis lo meritorio que es adorar la Santa Faz de mi Divino Hijo, pensad lo siguiente: Voy a adorar la Divina Faz de Nuestro Señor Jesucristo para alegrar el Corazón Inmaculado y Dolorido de mi Madre, la Virgen Santísima. De esta forma comprenderéis que soy canal para ir a Jesús vuestro Salvador y Rey del Universo por voluntad del Padre Celestial.
28 de mayo de 1.970
El Señor
Hijos míos: Estoy aquí entre vosotros: venid y adoradme. Llevad siempre esta moneda de mi Sagrada Faz. La haréis del mismo material que el Santo Escapulario de mi Madre. Así llevaréis la protección de mi Santa Madre y la Mía, y pondréis las palabras: "Mostradnos, Señor, vuestra Faz, y seremos salvos". Lo llevaréis siempre colgado al cuello.
Estará compuesto el Escapulario: Primero, la parte delantera, mi Divina Faz; la parte trasera tendrá dos Corazones: el Mío y el de mi Santísima Madre.
A los que mueran con él, les prometo llevarlos, por mediación de mi Madre, a la felicidad eterna, en el mismo momento de dejar este mundo, y les prometo conservar a su familia firme en la fe. Llegará un día en que, con este Escapulario, tendréis que dar testimonio contra los enemigos, y algunos sufriréis por enseñar mi moneda, pero mayor será la gracia que alcanzaréis en la vida eterna. No demoréis en llevar este Escapulario, pues mi Madre se alegrará mucho, pues Ella está más contenta estando los dos siempre juntos: Madre e Hijo. (Impuso al vidente este Escapulario, bendijo y se fue).
15 de junio de 1.970
El Sagrado Corazón de Jesús
Hijos míos: Si os fijáis bien en la expresión de mi Divino Rostro, llegaréis a comprender lo misericordioso que es mi Sacratísimo Corazón. El espejo de mi Corazón es mi Rostro; por Él sabéis que tengo un Corazón humilde, misericordioso, grande, capaz de meter a todos los cristianos; llegando a amar hasta derramar la última gota de sangre por todos los hombres. ¿Cabe más amor que la entrega total por el amado, en el cual estaban todos los hombres? Fijaos bien en mi Rostro: ensangrentado, abofeteado, empolvado y agrietado, por los insultos que recibí de los impíos. Pensad por un momento: ¡Cómo estaría mi Corazón, de dolor, de angustia y sufrimiento...! Mas, por eso, os digo que reparéis mi Divino Rostro para consolar mi Dolorido Corazón. Hijos míos, siguiendo este camino, llegaréis a amar intensamente la Eucaristía. He ahí el derroche de mi amor: Dar mi Cuerpo a comer y mi Sangre a beber, para alimentar a las almas y alcancen la felicidad eterna.
Hijos míos: ¿Sabéis lo que causó más dolor a mi Santísima Madre? Pues fue el ver mi Rostro desconocido, falto de la hermosura que Ella tantas veces había acariciado con sus santas manos. ¡Le produjo tal dolor en su Inmaculado Corazón, ver el Rostro hinchado...! Más parecía un leproso que su Hijo. Y ¿sabéis cual fue el mayor gozo que recibió después de mi Pasión mi Santísima Madre? Fue mi Rostro Glorioso, en el cual se veía mi Divinidad. Pues cada vez que reparéis mi Divino Rostro, consoláis el Corazón Inmaculado y Dolorido de mi Santísima Madre, y cada vez que se desprecia mi Rostro, mi Madre recibe una puñalada en su Corazón.
6 de agosto de 1.970
La Santísima Virgen del Carmen
Hijo mío: No es necesario tener que decir que hay que reunir las condiciones que mandan la Ley Divina y los mandamientos de la Iglesia. Precisamente, todos los que lleven este Escapulario, tendrán siempre perfecto conocimiento para cumplir los mandamientos; pues, por este medio, mi Divino Hijo incrusta en sus corazones la imagen de su Rostro, de tal manera que el enemigo no puede resistir la Luz del Altísimo, y decide retroceder; por lo cual, todos los que llevan este Escapulario se van perfeccionando, llegan a amar más intensamente a la Eucaristía, ya que la Santa Faz es espejo de la Eucaristía.
7 de agosto de 1.970
El Sacratísimo Corazón de Jesús
Para que lleguéis, hijos míos, a comprender el gran amor, la misericordia y la entrega total de mi Divino Corazón, es necesario que os fijéis detenidamente en mi Divino Rostro, espejo de mi Corazón.
Cuando lo veis abofeteado, acardenalado, ensangrentado y escupido, pensad: ¡cuánto sufrió en lo más profundo de su Corazón mi Divino Redentor, y cuánto amó a sus hijos!
Cuando lo veis lleno de resplandor y glorioso, pensad: ¡Mi Divino Salvador me ha perdonado, pues he visto en su Rostro reflejado el perdón que le salía de su Corazón!
Hijos míos: (refiriéndose al Escapulario de la Santa Faz) tenéis ahora un Escapulario digno de héroes, pues llegará un día que seréis perseguidos, ya que muchos no admitirán la devoción a mi Divino Rostro, ni a mi Sacratísimo Corazón, ni al Inmaculado Corazón de la Virgen María, Madre mía y vuestra, pero vosotros tendréis que dar testimonio con él.
Hijos míos: amad con todos vuestros corazones mi Divino Rostro, y conseguiréis comprender la misericordia que derrama copiosamente mi Sacratísimo Corazón; y entonces sólo pensaréis en recibirme en la Eucaristía, que es donde se centra todo el amor de un Dios, que se ha entregado a la muerte de Cruz, y que no conforme aún, ha querido quedarse en el Pan y el Vino, para ser alimento de sus hijos.
Y si a todo esto le unís el inmenso Corazón de una Madre, que vela por vosotros, y constantemente va pasando a sus hijos por su Corazón para purificarlos y poder entregármelos... No os puedo dar más, porque os lo he dado todo. Así que, el que quiera salvarse tiene el camino trazado por su mismo Dios, que no quiere que se condene ningún hijo.
No dejéis nunca estas tres Comuniones reparadoras. (Estas tres Comuniones reparadoras son: A la Divinísima Faz de Jesús, el primer jueves de cada mes; al Sacratísimo Corazón de Jesús, el primer viernes de cada mes; al Inmaculado Corazón de María, el primer sábado de cada mes).
Hijos míos, oíd bien: los que empiezan a no tomar en consideración la devoción a mi Divino Rostro, irán encaminándose a no tener en consideración la devoción a mi Sacratísimo Corazón. Llegarán a lo que es peor: a despreciar la Eucaristía; pues estas devociones son medios que Yo, en un alarde de amor, he puesto como golosina a mis hijos, para que coman el Pan de Vida, que es la Eucaristía.
9 de agosto de 1.970
El Padre Eterno
¿Queréis ofrecerme todos los días la Santa Faz de mi Hijo, para retener el brazo que tengo dispuesto a dejar caer sobre la humanidad? Hijos míos, debéis saber que todo cuanto me ofrecéis por la Sagrada Faz de mi Hijo, se convierte en ofrenda infinita. Hijos míos, procurad todos los días ofrecerme la Sagrada Víctima, oyendo todos los días la Santa Misa y recibiendo a mi Hijo en la Eucaristía.
20 de agosto de 1.970
El Padre Eterno
Hijos míos: En los días terribles que vendrán a la humanidad, la Sagrada Faz de mi Divino Hijo será verdadero paño de lágrimas, porque mis verdaderos hijos se ocultarán tras Ella. Será, la Santa Faz, verdadera ofrenda para que Yo aplaque los castigos que enviaré a la humanidad.
En las casas donde se hallare, habrá luz para poder librarse del poder de las tinieblas. En los lugares familiares donde esté la Sagrada Faz de mi Hijo, daré orden a mis ángeles para que los señalen y sean mis hijos preservados de los males que caerán sobre esta humanidad ingrata.
Hijos míos: haceos todos verdaderos apóstoles de la Santa Faz, y extendedla por todas partes. Mientras más extendida esté, menos será la catástrofe.
3 de septiembre de 1.970
San Pío X
Hijos míos: Si se hubieran seguido mis instrucciones de extender la devoción de la Santa Faz por todo el mundo, se hubieran evitado las dos Guerras mundiales.
Yo di las instrucciones necesarias para que, en todas las iglesias, conventos, y en las casas de los familiares cristianos, presidiera la Santa Faz. Mas, no se extendió según yo indiqué, pues la extensión fue muy reducida, y al no estimarse esta gran devoción al Rostro de Cristo Jesús, el Padre Eterno se enojó con la humanidad y permitió las dos terribles Guerras al mundo.
Nuevamente el Cielo está pidiendo que se extienda la Santa Faz, que se le adore, y que presida lugares destacados en las iglesias, en los conventos, en las casas de los cristianos. Esta extensión, si se hace, evitará la tercera gran Guerra a la humanidad, que será espantosa y terrorífica. Mas, si se atiende a la extensión, por todos los lugares del mundo, de la Santa Faz, el Padre Eterno se aplacará, pues contemplará el Rostro de su Divino Hijo desfigurado, y tendrá compasión de la humanidad; pues en el Rostro de Cristo está toda la humanidad.
Os aseguro que todos los que extiendan esta devoción, serán recompensados, de forma grandiosa, en esta vida y en la otra.
Hijos míos: procurad que, en todas vuestras cartas, vaya la efigie del Salvador de la humanidad. Es también buena forma de extenderla. Y a todos los que venís aquí con fe, os pido que llevéis siempre, cuando estéis orando en este Sagrado Lugar, la Santa Faz en el pecho, de forma grande, externa, para dar testimonio de Cristo Jesús.
4 de septiembre de 1.970
El Padre Eterno
Hijos míos: por la devoción y la adoración que habéis tenido a la Santa Faz de mi Divino Hijo, han salido del Sacratísimo Corazón del Él, rayos luminosos que han estampado su Santa Faz en vuestros corazones, y ahora Yo, como Padre, al contemplaros y ver el Rostro de mi Hijo en vosotros, no os puedo negar nada, porque es a mi Hijo a quien veo.
Pedid siempre que la Sagrada Faz de mi Hijo se grabe en vuestros corazones.
23 de septiembre de 1.970
El Padre Pío de Pietrelcina
Hijo mío: Yo fui un verdadero amante de la Santa Faz de Nuestro Señor Jesucristo. Los grandes devotos de la Santa Faz tienen una gloria incomparable. Están más cerca de Jesús, contemplando su Rostro Glorioso. Todos los verdaderos devotos de la Santa Faz recibirán gracias sobreabundantes para alcanzar la santidad; la cual, la lograrán siempre unidos a la Cruz del Divino Maestro; sin cruz no hay santidad. Hay que crucificarse junto a Jesús, e implorar a la Madre de Dios que ruegue incesantemente por todos.
Los que extiendan la devoción a la Santa Faz serán recompensados de forma singular en la Patria celestial, y aún en la patria terrenal.
Hijo mío: imita a los grandes adoradores de la Santa Faz, y sobre todo a Teresita del Niño Jesús y de la Santa Faz, la que más amó a la Santa Faz; por eso ocupa un lugar preeminente junto a Jesús.
29 de septiembre de 1.970
El Arcángel San Miguel
Hijos de España: Procurad tener todos la Sagrada Faz de Jesús, pues pronto iremos a señalar las casas para que sean preservadas del castigo. Ante la Sagrada Faz, el enemigo retrocede, como retrocedió en la rebelión de los ángeles. ¿Sabéis qué llevaba yo en la mano izquierda contra Satán? El Rostro Glorioso de Cristo, ante el cual cayó vencido y se precipitó al abismo. Vengo con la espada por seguir la tradición, mas yo nunca usé espada, sino el Rostro de Cristo. ¡Qué mayor espada que ésta! La espada es símbolo de poder; por eso, la Iglesia católica me la pone en la mano derecha, y para que me reconozcan vengo con ella. (Dice que llevaba la Santa Faz en la mano izquierda, porque en ella se le representa llevando el escudo).
8 de octubre de 1.970
El Señor
Ofreced al Padre siempre mi Divina Faz, y Él se apiadará de vosotros.
Os pido a todos que adoréis mi Divino Rostro y que presida vuestros hogares, para que el Padre Celestial os colme de gracias y perdone vuestros pecados. Prometo solemnemente que todos aquellos que extiendan la devoción a mi Divina Faz serán preservados del castigo de la humanidad, y si padecieren algo en el castigo, será para morir mártir y alcanzar la santidad. Además, recibirán luz para los días de confusionismo terrible que se aproxima a la Santa Iglesia. Mas, todos deben venir a Mí por mediación de mi Madre la Virgen Santísima.
Os aseguro, en verdad, en verdad, que los que extiendan la devoción a mi Divina Faz, recibirán la gracia de que ningún familiar suyo sea condenado eternamente y los que estén en el Purgatorio saldrán rápidamente.
Decid a la humanidad que mi Padre Celestial ha dicho que el que se oponga a la extensión de la devoción a mi Divina Faz, quedará como ciego para comprender los misterios de Dios e irá dando tropezones tras tropezones hasta caer en el abismo. Dice mi Padre que mi Divino Rostro representa a Él.
Prometo asimismo a todos aquellos que no comprendan esta devoción y hayan rogado incesantemente a mi Santísima Madre pidiendo luz, la recibirán.
25 de octubre de 1.970
Cristo Rey
Para comprender el fuego de mi Corazón, hay que adorar mi Divino Rostro. Mi Sagrado Corazón proyecta con rayos su amor en mi Divina Faz.
5 de noviembre de 1.970
El Señor
Mis queridos hijos: Mirad mi Rostro lleno de sangre, de sudor, de salivas, de cardenales. Imaginaos, entonces, cómo está mi Sagrado Corazón. Por mi Divino Rostro conoceréis hasta qué punto os he amado. En Él se refleja mi Corazón oprimido, mi Corazón exprimido, mi Corazón triturado por los pecados de la humanidad.
30 de noviembre de 1.970
El Señor
(El Señor viene riendo y a las palabras del vidente: ¡Qué pocas veces vienes riendo! ¡Si vieras la alegría que me da! El Señor dijo:)
Río porque estoy junto a vosotros, que estáis honrando a mi Santísima Madre en este día hermoso. (El vidente le pregunta: ¿Así veremos tu Rostro en el Cielo?) No, hijos, será infinitamente más resplandeciente, más hermoso, más grande. Si os dierais cuenta, estaríais siempre pensando en venir a ver mi Rostro Glorioso en los Cielos. Es la Luz del Cielo. Todos aquellos que alcanzan el Paraíso celestial, al contemplar mi Rostro Glorioso, ven la Divinidad; ahí se rompe el velo de los misterios. Pero, para llegar a esa dicha, hay que reparar mi Rostro de pasión, mi Rostro dolorido, mi Rostro abofeteado, mi Rostro ensangrentado. Si Yo ahora quisiera mostraros mi Rostro Glorioso, todos vosotros caeríais muertos. No hay humano que resista este resplandor. Hubo una persona que, ya en la tierra, tuvo la dicha de verme con el Rostro Glorioso tal como lo tengo en el Cielo; y esa persona es mi Santísima Madre, porque le plugo al Padre Celestial. Pues, mis apóstoles, en la transfiguración del Tabor, no llegaron a ver mi Rostro completamente glorioso, pues hubieran muerto.
Hijos míos, pensad siempre en contemplar mi Rostro Glorioso y así no pecaréis, pues el que verdaderamente desea ver a su Dios, recibe grandes fuerzas para combatir al enemigo.
(Luego, refiriéndose a la Santísima Virgen, añadió:)
La mayor adoradora de mi Rostro. La que con más amor lo besaba y lo acariciaba. Mi Madre pasaba las horas y las horas contemplando mi Rostro; lo mimaba, lo acariciaba como ninguna madre, porque sabía que era su Dios. Imitad a mi Santísima Madre y, al menos, llegaréis a adorar un poco mi Rostro.
1 de enero de 1.971
El Padre Eterno
Mira hacia dentro para encontrar el Rostro de Jesús Misericordioso en tu alma.
16 de enero de 1.971
La Santísima Virgen del Carmen
Hijos míos: tened presente siempre que si queréis ser librados de los ataques de Satán, el mejor medio para que él retroceda y se derrita, es teniendo delante, en vuestro pecho, el Divino Rostro de mi Hijo. Ante Él, el enemigo no puede seguir adelante, pues la Luz de mi Hijo lo derrumba. Cuando Satán se disfraza, aparentando ser Jesús o ser Yo, vuestra Madre, y tenéis puesto externamente el Rostro de mi Hijo, inmediatamente él desaparece, porque él es soberbio y no puede soportar la majestad de Dios.
Hijos míos, quisiera que vuestras mentes comprendieran el valor que tiene llevar este Santo Escapulario externamente en este Sagrado Lugar.
12 de febrero de 1.971
El Señor
¿Acaso es ridículo que llevéis el Santo Escapulario externamente, dando testimonio de vuestra fe? ¿Acaso Satán puede insistir tantas veces en que llevéis este Santo Escapulario? cuando precisamente este Escapulario es para expulsar a Satán. Mirad, hijos míos, este Escapulario es una fuerza terrible que el enemigo no puede soportar. Es necesario que todos lo llevéis externamente.
Os advierto: desde hoy en adelante, aquellos que estén en este Lugar asiduamente y no lleven externamente este Santo Escapulario, correrán el peligro de ser señalados por Satán, al cual le daré libertad para que así lo haga. Mirad, que el que lleve la señal de la Bestia sufrirá terriblemente.
Hijos míos: son innumerables los que están en el Cielo por causa de las santas cruzadas. Todos ellos portaban banderas con mi señal y la de la Virgen Santísima, y se enfrentaban a los enemigos, sin reparar a que iban a perder sus vidas corporales.
Ha llegado el momento de tener valor y de servir de mofa, si es preciso, en defensa mía. Mirad, que es mi Rostro, mi Sagrado Corazón y el de mi Madre Santísima. En estas tres reparaciones está la salvación del mundo.
Mirad, hijos míos, que estamos en los últimos tiempos, que tenéis que andar con humildad y sumisión. Yo os prometo solemnemente que todos aquellos que vengan a este Sagrado Lugar con el Santo Escapulario de mi Divina Faz y de los Sagrados Corazones externamente colocado en sus pechos, les haré las mayores gracias, les mitigaré los castigos del Cielo y pondré paz en sus hogares. Valor, hijos míos, ¡adelante con vuestra fe! Llevad siempre el Santo Escapulario dando testimonio de Mí y de vuestra Madre. Aquellos que propaguen el llevar este Escapulario, les colmaré de gracias sobreabundantes y su corona será mayor en el Reino de los Cielos.
15 de febrero de 1.971
La Santísima Virgen del Carmen
Es también mi deseo que todos tengáis siempre colgado en vuestros pechos el Santo Escapulario de mi Divino Hijo Jesús, con su Sagrado Corazón y mi Corazón Inmaculado.
Multiplicad estos Santos Escapularios.
Mirad, el Arcángel San Miguel, en su escudo, llevaba estampado el Divino Rostro de Jesús para combatir a los ángeles rebeldes. Imitad a San Miguel.
26 de septiembre de 1.971
(en la catedral de Turín, Capilla de la Sábana Santa)
El Señor
Hijo mío: transmite a la humanidad que este es mi auténtico retrato: el Santo Sudario de Turín.
Que el mundo reconozca este sagrado misterio: Este es el retrato de mi Cuerpo. Resplandeciendo mi Sacratísima Faz. Que el mundo se dé cuenta que esta es la hora de la Sagrada Faz. Es por lo que deseo su adoración y veneración en todos los lugares del mundo, para que sea aplacada la ira del Eterno Padre, al recrearse en la Faz de su Ungido. Al meditar mi Sacratísima Pasión delante de mi Divina Faz, el corazón siente más cerca la redención y las gracias son sobreabundantes.
Italianos, franceses, portugueses, españoles, acudid al Sagrado Lugar del Palmar de Troya, en España, donde se venera una copia de mi Sagrada Faz, por la que caerán abundantes gracias a la Iglesia y al mundo. A todos los que les llegue este mensaje, les pido extiendan la devoción a mi Sagrada Faz por todas partes, la propaguen y se hagan apóstoles de la Sagrada Faz, los cuales brillarán más en el reino del Padre y serán los que verán mi Rostro con más luz en la eternidad.
2 de febrero de 1.974
La Santísima Virgen María
Mis queridos hijos: Gracias a todos vosotros, los que habéis venido a este Sagrado Lugar, en este día solemnísimo en que se celebra el cuarto aniversario de la colocación solemnísima de la Santa Faz de mi Divino Hijo, de esta Santa Faz, que es el sol para iluminar a toda la humanidad, de esta Santa Faz que irradia la luz a todos los hombres de buena voluntad extendidos por todas las tierras.
Por un designio expreso de la Augusta Trinidad, fue pedido entronizar, en este sagrado Monte, la Divina Faz de Cristo Jesús, Rey de reyes.
¡Cuántas bendiciones ha recibido este lugar y sus devotos, desde que fue entronizada la Sagrada Faz! Y ¡cuánto ha retrocedido el enemigo infernal!
Hijitos míos: ¡Qué horror y qué pánico tiene Satán a la Divina Faz! No os lo podéis imaginar. Por eso, está garantizado aquí, dentro de estas verjas, el que Satán obre con menos poder. Y de ésto, muchos no quieren darse cuenta. Mirad y observad que, cuando oráis aquí, oráis ante el Espejo de la Divinidad, esa Faz Sacratísima que os enseña la dolorosa Pasión para vuestra salvación.
Hijitos míos queridísimos: Defended este Sagrado Lugar contra las embestidas del Dragón infernal. Proteged esta Sacratísima Faz, que es y será la Luz del mundo. Desgraciadamente, no todos comparten esto que os digo.
Hijitos queridísimos: Ya veis cómo se ora y cómo se hace penitencia y sacrificio ante esta Sagrada Faz. Y así, el Eterno Padre aplaca su cólera. Y así, el Eterno Padre deja de ver muchas cosas que hay en el mundo, porque sus ojos se centran en la Faz de su Ungido. Dichosos vosotros, los que estáis aquí celebrando este acontecimiento; porque es un acontecimiento muy grande el aniversario de la entronización de la Sacratísima Faz de Cristo Jesús. No es un día cualquiera; es un día solemnísimo, porque compete al bien de las almas de las distintas naciones que van viniendo a este Sagrado Lugar.
Esta Santa Faz, que es adorada y venerada en este Lugar, está siendo extendida por todos los rincones de la tierra. En muchos países está extendida y preside los hogares de los devotos de este Lugar. Por ese motivo, la ira del Eterno Padre se va aplacando. A vosotros, mis queridos hijos, os corresponde extender más esta dulcísima devoción a la Sacratísima y Serenísima Faz de vuestro Salvador.
Mis queridos hijos, Yo os pregunto: ¿Acaso no veis en la Santa Faz la Majestad de Dios? ¿Acaso no se vislumbra su Omnipotencia? Meditad ante Ella, ante esta Dulce Faz, y veréis las delicias y recibiréis bendiciones y gracias.
Mirad, hijitos míos: Hoy está todo este Sagrado Lugar lleno de ángeles, gozosos, cantando las alabanzas de Dios. Y ¿sabéis dónde se están centrando estos ángeles, adónde están mirando? Están mirando la Sacratísima Faz.
Oh hijitos míos: nunca os daréis cuenta de la importancia de la devoción a la Santa Faz, especialmente en estos últimos tiempos. Un día llegará en que la Sacratísima Faz de Cristo Jesús será vista por toda la humanidad, pero ya gloriosa. Pero, para alcanzar esta gracia, es necesario, antes, reparar su Sagrada Faz ultrajada.
¡Pobrecitos algunos que se apartan de la Santa Faz! ¡Pobrecitos! ¡No saben lo que hacen! ¡No saben las gracias que pierden! Alegraos vosotros y dad gracias al Cielo, porque tenéis la dicha de adorar y venerar la Sagrada Faz en este sacratísimo Monte de Cristo Rey.
Mis queridos hijos, a todos los que estáis aquí: que la Santa Faz de Cristo Jesús penetre en vuestro corazones y quede tan unida a vuestros corazones, que sea prenda de salvación para todos vosotros. ¡Oh hijitos míos: cuánta dicha hay en el Cielo al ver a estos grupos humillados y arrodillados, adorando el Rostro de Cristo Jesús! Bien es verdad que todas las devociones son buenas y sanas y llevan al Cielo. Pero, esta de la Santa Faz tiene un matiz especialísimo por deseo expreso de la Augusta Trinidad. Porque la faz es la representación de la dignidad del hombre, — y Cristo fue ofendido en esa misma dignidad, — por eso, Cristo tiene que ser reparado en esa mismísima dignidad que representa su Sacratísima Faz. La faz es el espejo del alma. Vosotros, como fieles devotos de la Sagrada Faz, tenéis que enjugarla con vuestras oraciones, tenéis que limpiarla, ablandarle el enorme cardenal que tiene, quitarle las espinas. ¿Y cómo? Con la oración y el sacrificio ante su Divina Faz.
Yo os aseguro, mis queridos hijos que, a todos los devotos de la Divina Faz, les será dada una gran luz para comprender los misterios de los últimos tiempos. Yo os lo aseguro maternalmente, mis queridos hijos: que todos aquellos que profesáis amor especial a la Santa Faz, seréis grandemente avisados de peligros y catástrofes, y seréis iluminados especialísimamente; y seréis los que estaréis más cerca del Señor en la Patria celestial. Todas estas gracias tenéis los devotos de la Santa Faz. No las perdáis, mis queridos hijos; que también es fácil perderlas.
Mis queridos hijos: Procurad tener todos los días, en vuestras casas, aunque sea una pequeña oración dedicada a la Divina Faz de Cristo Jesús. Al levantaros, no se os olvide saludarle; y, al acostaros, no se os olvide pedirle la bendición. Y caminando así, llegaréis felices a la Patria celestial.
Un día, no muy lejano, será vista en los cielos de España, la Divina Faz, que será el estandarte del Gran Caudillo del Tajo. Los enemigos de Dios y de España, al ver la Santa Faz, retrocederán y el Caudillo del Tajo triunfará. Es preciso que España se consagre a la Santa Faz de Cristo Jesús, porque altos designios va a preparar esta nación para el apostolado de los últimos tiempos. Y todo esto se alcanzará, con mayor gracia, con esta consagración solemne de España entera a la Santa Faz.
13 de febrero de 1.975
Nuestro Señor Jesucristo
No olvidéis, mis queridos hijos, que ahí está la representación de mi Santa Faz, que quiere decir Luz de Dios para el mundo. La Luz de mi Rostro cubre a la humanidad. Y no olvidéis que mi Sagrada Faz es un parapeto donde tropieza la ira del Padre y se evita que descienda sobre los hijos.
He aquí mi sagrada Faz expuesta en medio del mundo, para recibir la ira del Padre y para dar la Luz a los hombres.
¡Prepárese el mundo a los próximos acontecimientos! ¡Prepárese, y bien preparados, con las armaduras de la oración, la penitencia, el sacrificio, la inmolación! Y acuérdense todos que mi Sagrada Faz representa la Luz Divina que desciende a los hombres.
Los que meditan en las afrentas recibidas en mi Sagrada Faz, no serán confundidos, caminarán en la Luz, serán preservados de las tinieblas futuras. Y así, venerando esta Sagrada Faz, comprenderéis los rayos de amor que brotan de mi Sagrado Corazón. Pero hay que comprender primero las afrentas recibidas en mi Sagrada Faz: el Hijo del Altísimo que expone su Rostro para ser escupido, abofeteado, para servir de mofa, y así aplacar la ira del Padre y salvar a los hombres. Cuando meditéis bien sobre esta Sagrada Faz, comprenderéis perfectamente la entrega de este Sacratísimo Corazón. Los que reciben la Luz de la Faz, penetran en la Luz del Corazón.
Oh hijitos queridísimos, ¡cuántos necios hay en el mundo que rechazan la Luz de mi Rostro, y así no pueden comprender las delicias de mi Corazón! Porque, considerad vosotros: ¿Qué hombre de buenos sentimientos, al contemplar esta Faz dolorida, afrentada, afeada, no recibe un impacto en su corazón y se muere de dolor al ver la Faz de su Cristo acribillada? ¿Qué hombre agradecido a su Dios, al ver esta Faz llena de dolor, de escupitajo, no piensa que ha sido por la salvación de él y de todos los hombres que quieran acogerse a esta suavísima Redención?
13 de febrero de 1.975
(segundo mensaje)
Nuestro Señor Jesucristo
Mi Faz brillará al fin de los tiempos y dará la Luz a los hijos de la Iglesia perseguida, a los hijos de las catacumbas. Cuando llegue el poder del Anticristo, y esta Faz se manifieste al mundo, todos mis hijos perseguidos se sentirán protegidos por la Luz que sale de mi Rostro.
¡Pobre humanidad que rechaza esta Luz, que no sabe que en mi Faz está el espejo de la Patria celestial, que meditando bien la Sagrada Faz se comprende el amor de todo un Dios, que se hace hombre, que se humilla, que sufre, que padece persecución, Crucifixión, y que después resucita para abrir el Cielo a toda la humanidad! ¡Pobrecitos los hombres! ¡Qué necios son! Sólo quieren poseer la tierra por medios materialistas, y no saben o no quieren saber que, para poseer la tierra pacíficamente, hay que adentrarse en esta suavísima devoción a mi Sagrada Faz. Cuando mi Sagrada Faz sea expuesta a la veneración de toda la humanidad, cuando todos mis enemigos me reconozcan como Rey, al contemplar esta Faz, entonces vendrá la solución para los problemas del mundo. Por otro camino, no lo busquen, pues no lo encontrarán. Que la Luz de mi Rostro os proteja a todos vosotros. Que esta Luz permanezca en vosotros hasta el fin de vuestros días y sea vuestro camino a la Patria celestial, donde podréis contemplar mi Faz Gloriosa por toda la eternidad.


Orden de los Carmelitas de la Santa Faz en compañía de Jesús, María y José